¿Qué es y qué incluye la planificación patrimonial?

 

Preservar o hacer crecer el patrimonio personal, familiar o empresarial son objetivos habituales entre quienes cuentan con un nivel de ahorro o un patrimonio que quieren cuidar. Para lograr cualquiera de los objetivos, se vuelve fundamental apostar por la planificación patrimonial.

 

¿Qué es la planificación patrimonial?

 

Como se puede entrever, la planificación consiste en elaborar una estrategia para lograr un fin concreto para los bienes e inversiones que se poseen. Se trata del diseño de la ruta o del itinerario a seguir para llegar al destino final deseado desde un punto de vista financiero.

Esa meta a la que se quiere llegar es muy variopinta en función de cada persona. Puede ir desde la planificación de la jubilación, hasta el aumento del patrimonio inmobiliario o financiero, pasando por seguir un camino hacia la libertad financiera o dejar una mejor posición económica a los hijos.

La planificación financiera, que no es otra cosa que la encargada del diseño del plan que permite lograr el objetivo que cada persona tiene, es la forma de conseguirlo. El siguiente paso será la gestión patrimonial o poner en práctica la hoja de ruta diseñada.

Ahora que ya sabe en qué consiste la planificación financiera, queda por ver cómo se consigue o, dicho de otro modo, qué palos toca la planificación patrimonial para llegar a su destino.

 

¿Qué incluye la planificación patrimonial?

 

La planificación patrimonial tiene una visión panorámica de la situación financiera de cada persona, ya que suma tanto la elaboración de un plan de inversión, como la gestión inmobiliaria, sin olvidar la planificación fiscal patrimonial y la sucesoria.

Es decir, valora el patrimonio del que se dispone, se elabora una ruta para preservarlo y aumentarlo, se toma en consideración la situación fiscal y, finalmente, si es necesario, también se establece un plan sucesorio.

De hecho, muchos planes patrimoniales tienen como fin precisamente organizar el legado de todo el patrimonio acumulado o minimizar los impuestos en su transmisión.

Ahora bien, el pilar fundamental, el motor que hace funcionar el plan, lo que hace que se alcancen esos objetivos es la inversión. Tener el dinero parado la mayor parte del tiempo hace que, con el paso de los años, pierda valor debido al aumento sostenido de la inflación.

Por tanto, no hacer nada con el patrimonio es sinónimo de perder dinero de forma silenciosa cada año. En una buena planificación financiera, no hacer nada con el dinero, no es normalmente una opción. Y cuando lo es, se debe a razones específicas de mercado, no a la parálisis inversora.

Por eso, para evitar esta mencionada pérdida de valor, la inversión se torna clave.

Otro aspecto es analizar en qué tipo de inversiones puede apoyarse una persona o un asesor para lograr los objetivos. Esto va desde dónde invertir su dinero de forma segura hasta qué hacer con 10.000, 20.000. 30.000 euros o la cantidad que haya acumulado hasta el momento.

Uno de los mejores aliados para conseguirlo son los fondos de inversión por su gran variedad, accesibilidad, liquidez y diversificación.

 

La planificación con fondos en EBN

 

En EBN los fondos de inversión con los que se elabora la planificación patrimonial son de terceros y de clases limpias. Dos elementos claves para evitar que los asesores tengan preferencia por el producto propio o por el que más comisiones pague. Así, los profesionales del banco tan solo eligen aquellos productos mejores, y que se adapten más a las necesidades de cada cliente.

Cabe mencionar que las carteras elaboradas por el equipo de Gestión Patrimonial en EBN superan, con creces, la media del mercado. Como referencia, Desde Inicio, abril 2017, la cartera más conservadora acumula un rendimiento bruto cercano al +30% (+3,49% en términos anualizados), lo que supone una diferencia de más de 20 puntos respeto a la competencia. Otro ejemplo es la cartera Moderada, la cual acumula también desde inicio (abril 2017) un rendimiento bruto cercado al +45% (+5,09%, en términos anualizados), lo que supone una diferencia de alrededor 25 puntos respecto a la categoría. Estos resultados ponen de manifiesto, la correlación positiva entre gestión independiente y buenos retornos.

Con una buena planificación patrimonial, los inversores tienen acceso a carteras diseñadas por profesionales del sector, que históricamente han logrado batir a sus referencias y competencia comparable. Maximizando la rentabilidad, gracias a la propuesta de independencia que supone no contar con producto propio y ni cobrar retrocesiones.

Todo ello va acompañado de informes trimestrales sobre la evolución de la cartera y la visión de los mercados financieros para estar siempre al día sobre la situación patrimonial personal, abogando por la formación, información y transparencia.