
¿Qué es el interés compuesto y cómo funciona?
El interés compuesto es un concepto clave en el mundo de las finanzas y las inversiones. Es algo tan sencillo como acumular interés sobre el interés que va generando la inversión, lo que permite un crecimiento exponencial del dinero invertido.
Veamos cómo funciona y cómo puede aumentar tus ahorros o inversiones a lo largo del tiempo, generando un crecimiento exponencial.
¿Qué es el interés compuesto?
El interés compuesto consiste en acumular rendimientos sobre rendimientos anteriores. Visto de otra forma, es un aliado para acumular riqueza a largo plazo y aumentar el patrimonio personal. Este interés se suma al capital inicial, sobre el que se generan nuevos intereses.
Este interés compuesto tiene un efecto multiplicador: el capital crece al final de cada periodo al que se le aplica el interés, de forma que el siguiente interés se fijará sobre una base de capital mayor, y así sucesivamente.
El uso del interés compuesto en inversiones permite maximizar el crecimiento del capital a lo largo del tiempo. La combinación de aportaciones periódicas y la reinversión de intereses puede generar rentabilidades significativas a largo plazo.
Fórmula del interés compuesto
Para calcular el interés compuesto en una inversión solo hace falta conocer su fórmula matemática, que es la siguiente:
Fórmula del interés compuesto: Capital final = capital inicial (1+ tasa de interés anual) ^ número de años
Gracias a ella se puede averiguar cuánto dinero se podrá acumular al final de un periodo tras reinvertir de forma sistemática los intereses generados.
¿Cómo funciona el interés compuesto?
Una forma de entender el poder de esta herramienta es comprar el interés compuesto frente al interés simple. (en el que los intereses obtenidos no se reinvierten).
Las tres características clave definen al interés compuesto:
- El capital inicial crece en cada periodo porque se van sumando los intereses del periodo anterior.
- La tasa de interés se aplica sobre un capital que va aumentando con el tiempo.
- Los intereses generados en cada periodo se reinvierten, lo que acelera el crecimiento del capital.
Es crucial comprender cómo se diferencia del interés simple:
- Interés simple: solo genera interés sobre el capital inicial porque los intereses no se reinvierten
- Interés compuesto: genera interés tanto sobre el capital inicial como sobre los intereses previamente ganados.
Ejemplo práctico de inversiones con interés compuesto
Para entender mejor cómo funciona la inversión con interés compuesto, veamos un ejemplo.
Supongamos que un inversor deposita 1.000 euros en una cuenta remunerada con un 10% de interés anual. Al cabo de un año, obtendría 100 euros en intereses, alcanzando un saldo de 1.100 euros.
Si mantiene el dinero en la cuenta, al segundo año el 10% de interés se calculará sobre los 1.100 euros, generando 110€ adicionales. Así, el saldo aumentará a 1.210 euros. Como se observa, la rentabilidad crece progresivamente debido a la reinversión de los intereses.
A largo plazo, el impacto del interés compuesto es aún más notable. Si el inversor deja su dinero en la cuenta durante 10 años sin realizar retiros, su saldo aumentará a 2.594 euros, más del doble del capital inicial.
Por el contrario, si el inversor retira los intereses cada año en lugar de reinvertirlos, al cabo de 10 años solo tendrá 2.000 euros, lo que demuestra la diferencia significativa que marca el interés compuesto.
Beneficios del interés compuesto
El interés compuesto es una herramienta ampliamente utilizada en el sistema financiero, tanto en inversiones como en productos de ahorro con interés compuesto.
- Inversiones de interés compuesto: Vehículos como fondos de inversión, ETFs y planes de pensiones suelen reinvertir automáticamente los intereses o dividendos obtenidos, permitiendo que el capital crezca con el tiempo. En el caso de los dos primeros, bastará con escoger un fondo de acumulación en lugar de uno de reparto.
- Ahorro con interés compuesto: Las cuentas remuneradas y los depósitos a plazo fijo también pueden beneficiarse del interés compuesto si los intereses se reinvierten en la misma cuenta. Sin embargo, es un interés compuesto sesgado por los impuestos, ya que aquí Hacienda reclamará un 19% de esos intereses para el pago del IRPF.
- Préstamos y deudas: En este caso, el interés compuesto juega en contra del prestatario, ya que los intereses acumulados generan nuevas deudas.
Estrategias para aprovechar el interés compuesto
Para maximizar los beneficios del interés compuesto, es recomendable seguir ciertas estrategias:
- Invertir lo antes posible: Cuanto más tiempo se deje el dinero invertido, mayor será su crecimiento.
- Reinvertir los intereses: Evitar retirar las ganancias permite que el capital siga creciendo de manera exponencial.
- Realizar aportaciones periódicas: Invertir pequeñas cantidades con regularidad puede generar un impacto significativo en el futuro.
- Diversificar las inversiones: Distribuir el capital en distintos activos reduce riesgos y potencia la rentabilidad.
- Evitar retiros innecesarios: Extraer dinero de la inversión interrumpe el efecto del interés compuesto y reduce el potencial de crecimiento.
En definitiva, las inversiones con interés compuesto son una herramienta poderosa para hacer crecer el dinero a largo plazo e incrementar su libertad financiera.
Comprender su funcionamiento y aplicarlo de manera estratégica puede marcar la diferencia en la construcción del patrimonio financiero.