Private equity: qué es, cómo funciona y qué ventajas ofrece

El private equity es una de las alternativas de inversión más utilizadas para financiar empresas que no cotizan en bolsa. Un modelo en el que los inversores adquieren participaciones en compañías privadas con el objetivo de hacerlas crecer y, a largo plazo, obtener rentabilidad mediante su venta o salida a bolsa.

Conozcamos en detalle qué es el capital riesgo, cómo funciona y cuáles son sus principales ventajas.

Qué es el private equity

 

El private equity, también conocido como capital riesgo, consiste en la adquisición de participaciones en empresas que no cotizan en bolsa. Este tipo de inversión se realiza a través de fondos especializados que buscan mejorar el rendimiento de las compañías en las que invierten, aumentando su valor antes de venderlas en el futuro.

Si nos preguntamos cuál es el significado de private equity, es posible resumirlo como una forma de invertir en la que los fondos adquieren empresas que no cotizan, normalmente en sus primeras etapas de creación. El objetivo de un fondo de private equity es claro: hacerlas crecer y vender su participación en la compañía en el futuro con un beneficio significativo.

Cómo invertir en private equity

 

Hasta hace poco, el private equity estaba reservado para grandes inversores, ya que el capital mínimo requerido era elevado. Sin embargo, con la entrada en vigor de la Ley Crea y Crece, el umbral de inversión se ha reducido, permitiendo que más personas accedan a este tipo de activos.

La forma más habitual de invertir en private equity es a través de fondos especializados. Estos fondos reúnen capital de múltiples inversores para comprar participaciones en diversas empresas, diversificando riesgo y ocupándose de la gestión de carteras para optimizar su crecimiento.

Otra opción es invertir directamente en una empresa, lo que permite un mayor control sobre la inversión, pero requiere un conocimiento más profundo del sector y un mayor desembolso inicial.

Esta alternativa de inversión en capital riesgo se suele hacer a través de plataformas especializadas, ya que las cantidades necesarias para entrar en el capital de una compañía suelen ser elevadas.

Tipos de private equity

 

Ahora que sabemos qué es private equity, es importante conocer sus distintas categorías según la estrategia de inversión y el tipo de empresa en la que se invierte:

  • Growth capital: financiación destinada a empresas en crecimiento, con el objetivo de expandirse o lanzar nuevos productos.
  • Replacement capital: adquisición de participaciones de accionistas que desean retirarse, algo común en negocios familiares con problemas de sucesión.
  • Turnaround: inversión en compañías en dificultades financieras para reestructurarlas y devolverlas a la rentabilidad.
  • LBO (Leveraged Buyout): compra de empresas utilizando deuda, asegurando que los ingresos de la compañía adquirida permitan financiar la operación.

Características clave del private equity

 

Invertir en private equity implica considerar ciertos aspectos que lo diferencian de otras estrategias de inversión:

  • Liquidez limitada: estas inversiones requieren un compromiso a largo plazo, ya que los fondos de private equity suelen tener una duración de 10 años o más. La razón es muy sencilla: invierten en empresas recién creadas que necesitan tiempo para madurar y poder multiplicar esa inversión inicial.
  • Plazos de inversión: la inversión en fondos de private equity no suele hacerse de golpe, sino en fases. Los gestores te irán pidiendo que inviertas las cantidades acordadas según las necesidades de capital.
  • Horizonte de inversión: los retornos no son inmediatos. La rentabilidad se genera con la venta de participaciones tras un periodo de crecimiento y consolidación de la empresa. Lo más habitual es no ver los primeros retornos hasta por lo menos 5 años después de haber invertido.
  • Capital de entrada: Con la legislación actual, necesitarás un mínimo de 10.000 euros para entrar en un fondo de capital riesgo, aunque sí puedes invertir en proyectos concretos por cantidades inferiores a través de plataformas especializadas.

Cómo elegir un fondo de private equity

 

A la hora de seleccionar un fondo de private equity, es fundamental que analices varios factores:

  • Duración y condiciones del fondo: todos los fondos exigen períodos de permanencia largos sin posibilidad de retirada anticipada. Es importante conocerlos de antemano.
  • Capital mínimo de inversión: aunque el umbral ha bajado, sigue siendo una inversión que requiere un capital inicial significativo.
  • Sectores y empresas en cartera: es importante conocer en qué industrias invierte el fondo y cuál es su estrategia de diversificación.
  • Historial del equipo gestor: la experiencia de los gestores del fondo influye directamente en su éxito y es clave en un sector como este.

Cómo se liquida una inversión en private equity

 

La desinversión en private equity dependerá de las condiciones del fondo y de su funcionamiento.

 

Hay tres formas de recuperar esta inversión de forma total o parcial:

  1. Vender tus participaciones en el fondo o en la empresa si se ha invertido de forma individual. Algunos fondos incluyen ventanas de liquidez donde permiten vender participaciones antes de tiempo. En el caso de la inversión directa en empresas, habrá que esperar a una ronda de capital o buscar un inversor dispuesto a adquirir esas participaciones.
  2. Esperar a recibir los desembolsos que la mayoría de fondos de capital riesgo realizan según van completando las salidas de las empresas en las que están invertidos.
  3. Esperar a que el fondo complete su ciclo de inversión. Al finalizar el periodo establecido, que suele ser de 10 años, se procede a liquidar los activos y distribuir los retornos entre los participantes. Si un inversor desea salir antes del plazo acordado, puede hacerlo bajo ciertas condiciones, aunque generalmente implica un descuento significativo.

Ventajas del private equity

 

El private equity ha ganado protagonismo en los últimos años como una estrategia de inversión alternativa con ventajas claras, como las siguientes:

  • Alta rentabilidad potencial: al centrarse en el crecimiento de empresas privadas, el private equity puede generar retornos superiores a los de los mercados bursátiles tradicionales.
  • Diversificación: permite invertir en sectores y compañías que no están accesibles en los mercados públicos, reduciendo la exposición a la volatilidad del mercado de valores.
  • Menor correlación con los mercados tradicionales: las empresas privadas no siguen los mismos ciclos que las cotizadas, lo que aporta estabilidad a una cartera de inversión.

Riesgos a considerar

 

Como toda inversión, el private equity también implica riesgos:

  • Compromiso de capital a largo plazo: la liquidez es reducida y la inversión no puede retirarse con facilidad antes de que se cumpla el plazo del fondo.
  • Capital inicial alto: aunque los requisitos han disminuido, sigue siendo una inversión reservada para perfiles con mayor capacidad financiera.
  • Dependencia del equipo gestor: el éxito de la inversión depende en gran medida de la experiencia y estrategia del fondo de private equity.

¿Es el private equity una opción para su cartera?

 

Para quienes buscan diversificar su cartera y obtener rentabilidad a largo plazo, el private equity puede ser una alternativa interesante. Su carácter exclusivo y la necesidad de un compromiso prolongado lo convierten en una estrategia más adecuada para inversores con experiencia y tolerancia al riesgo.

Antes de invertir, es fundamental analizar los diferentes fondos disponibles, sus condiciones y el potencial de las empresas en las que se invierte. Con una buena planificación y visión a largo plazo, el private equity puede ser una pieza clave dentro de una cartera bien diversificada.