Comisiones ocultas en los fondos | EBN Banco

Así funcionan las comisiones ocultas de los fondos de inversión

Las comisiones son parte íntegra de la inversión. Están presentes en la mayoría de los productos financieros y los fondos de inversión no son una excepción. Todo lo que pague en comisiones será un dinero que no llegue a su cuenta. Por eso mismo es tan importante conocer las comisiones ocultas de los fondos de inversión y no quedarse sólo en las más visibles.

 

 

Entre los costes por contratar un fondo de inversión están las comisiones que casi todo inversor conoce y otras comisiones invisibles que suelen pasar desapercibidas. Las primeras siempre estarán marcadas en el folleto del fondo, mientras que las segundas habrá que escarbar un poco más para dar con ellas.

 

Comisión de suscripción y depósito

En realidad estos costes son independientes. Se pagan en el momento de comprar o suscribir el fondo y también cuando se realiza un reembolso o traspaso (se vende). La ley limita estas comisiones al 5%, aunque el porcentaje concreto dependerá de la plataforma de fondos.

En el caso de EBN Trade, la comisión es de 0 euros por operación

 

Comisión de depósito

Este es uno de los costes visibles que pueden pasar desapercibidos. Es la comisión que cobra el banco que deposita las inversiones del fondo. Es decir, donde están efectivamente los títulos en los que invierte el fondo.

La comisión del depósito puede llegar al 0,2% y lo más habitual es que se situé entre ese porcentaje y el 0,1%. Es una comisión explícita del fondo y producto del funcionamiento del fondo de inversión para asegurar el capital de los partícipes en caso de quiebra de la gestora.

 

Comisión de gestión

Entramos ya en el terreno de las comisiones ocultas de los fondos de inversión y no porque el dato no sea visible. Y es que todos los fondos están obligados a publicar las comisiones por gestión que cobran. Lo que ocurre es que esta comisión puede esconder retrocesiones de la gestora a quien comercializa el fondo de inversión, es decir, el asesor o la plataforma donde usted puede contratar el fondo.

Estas retrocesiones son un incentivo de venta y se incluyen siempre dentro de la comisión de gestión. Es decir, la gestora eleva su comisión de gestión para después poder darle parte de ella al banco. Por fortuna, la normativa Mifid II ha puesto coto a este uso indiscriminado y oculto. Ahora mismo todos los fondos deben ofrecer una versión libre de retrocesiones y después será el banco el que decida si las usa o no. Es lo que se conoce como clases limpias de fondos y es la que encontrará en EBN.

Estas retrocesiones pueden suponer hasta la mitad de la comisión de gestión y son mayores en los fondos monetarios, de renta variable y los de renta fija a corto plazo. Es decir, en los fondos de inversión más defensivos y los que componen una cartera para el largo plazo. Su efecto en los resultados es claro. Con un fondo de clase limpia puede ahorrar un 30% de media en comisiones de gestión, un dinero que ayudará a que el patrimonio crezca más rápidamente.

Para que lo tenga más claro, si invirtiese 50.000 euros con un rendimiento anual sostenido del 8%, al cabo de 15 años la diferencia entre un fondo de clase limpia u otro que no lo sea superaría los 45.000 euros.

 

Otros costes ocultos de los fondos de inversión

Entre los costes de un fondo de inversión podemos distinguir entre las comisiones ocultas de los fondos y otro tipo de costes ajenos a las comisiones. Se trata de gastos relacionados con su operativa y que pueden incluir desde auditoría, comisiones que se pagan a otros fondos de inversión en los que invierta o los costes de la CNMV. Estos gastos no son visibles de forma individual, aunque puede averiguarse a través del TER o Total Expense Ratio, un indicador que mide el coste total del fondo y que se incluye en los informes trimestrales del fondo, siempre que esté registrado en la CNMV.

Además, hay otros dos costes ocultos que no verá en el TER y que son más difíciles de cuantificar. Se trata de los gastos de corretaje y del cambio de divisas.

 

Costes de corretaje

Este es un gasto relacionado con las transacciones del fondo. Lo cobra el broker por las operaciones de compra o venta de valores que haga el fondo. Es un coste que la gestora debería tratar siempre de minimizar, ya que no aporta valor a ella ni al cliente. Sin embargo, hay casos en los que, si el broker forma parte del grupo de la gestora, los costes de corretaje pueden dispararse.

Los costes de corretaje serán más altos en los fondos que más operen, los más activos. Además, también cambian cuando se trata de operaciones de renta variable y de renta fija. En las primeras el coste será explícito, mientras que en las segundas será implícito.

 

Costes de cambio de divisa

Esta es una comisión invisible muy beneficiosa para el depositario del fondo. Se aplica al comprar activos en una divisa diferente al euro. El ejemplo más típico es la compra de acciones de empresas estadounidenses, que se adquieren en dólares y no en euros. Para realizar la operación el banco aplica una comisión por el gasto del cambio de divisa y esta no suele ser precisamente baja.

Esta comisión oculta de los fondos de inversión es más clara para los inversores en bolsa, que sí ven claramente cuánto le cobran por ese concepto.

Además, existen otras dos comisiones ocultas implícitas. La primera es el bid-ask Spread o la diferencia entre el precio máximo de compra y precio mínimo de venta, un valor que manejan los brokers. Lo normal es que el precio de venta o bid sea más alto que el de compra o ask.

El segundo es el coste de impacto del mercado cuando se venden grandes paquetes de acciones, algo habitual en fondos. Al colocar mucho papel, la última acción se venderá normalmente a un precio inferior a la primera. En el caso de grandes compras ocurriría a la inversa. Este coste es imposible de eliminar y su impacto dependerá de la pericia del gestor del fondo.

Todas estas comisiones invisibles lastran la rentabilidad que obtiene por su inversión en fondos y por tanto debería buscar minimizarlas.