¿Qué diferencia hay entre un bono y una acción?
Dentro de las oportunidades de inversión disponibles en el mundo financiero, los bonos y las acciones son dos de los activos más populares. Estos instrumentos, aunque comparten el objetivo común de generar rendimientos para los inversores, difieren significativamente en su naturaleza, riesgo y forma de generar ganancias.
Dentro de las oportunidades de inversión disponibles en el mundo financiero, los bonos y las acciones son dos de los activos más populares. Estos instrumentos, aunque comparten el objetivo común de generar rendimientos para los inversores, difieren significativamente en su naturaleza, riesgo y forma de generar ganancias.
Comprender las características distintivas de cada opción es esencial para tomar decisiones informadas y estratégicas a la hora de gestionar nuestro patrimonio. En este artículo, exploraremos en detalle las diferencias entre bonos y acciones, desde sus definiciones básicas hasta sus implicaciones en función de los distintos perfiles de inversores, así como los mecanismos para invertir en ellos y ejemplos específicos del mercado financiero español.
¿Qué son las acciones y los bonos?
Para entender las diferencias entre invertir en acciones, bonos y otros valores, es crucial comprender la naturaleza única de cada uno de estos instrumentos financieros.
Acciones
Las acciones representan una participación en la propiedad de una empresa y también se consideran uno de los principales tipos de valores disponibles en el mercado financiero. Al adquirir estas participaciones, los inversores se convierten en accionistas y tienen ciertos derechos sobre las ganancias y la gestión de la empresa.
Las acciones que cotizan en bolsa, por su naturaleza, pueden ofrecer -potencialmente- un rendimiento muy alto en comparación con otros instrumentos de inversión, pero también están asociadas con un mayor riesgo debido a la volatilidad del mercado y la incertidumbre sobre el rendimiento futuro de la empresa.
Bonos
Por su parte, los bonos son instrumentos de deuda emitidos por varios tipos de organizaciones para recaudar fondos; estas pueden ser igualmente empresas, pero también administraciones gubernamentales.
Al comprar bonos, los inversores están prestando dinero a la entidad que los emite; recibiendo a cambio el pago de unos intereses periódicos, además de la devolución del capital prestado al vencimiento del bono.
Los bonos son considerados generalmente unas inversiones más seguras en comparación con las acciones, ya que ofrecen un flujo de ingresos predecible y una estructura de pagos establecida.
Otros valores financieros
Además de las acciones y bonos, existen otros tipos de valores financieros disponibles en el mercado, como las letras de cambio, los depósitos bancarios, las opciones sobre acciones y otros productos derivados. Estos valores representan diferentes formas de inversión y pueden ofrecer diversos niveles de riesgo y retorno; que se pueden clasificar en valores de renta fija (como los bonos) o variable (las acciones).
Esto ocurre, por ejemplo, en la clasificación de fondos de inversión según en qué invierten.
Diferencia entre bonos y acciones
Las principales diferencias entre bonos y acciones las encontramos en términos como la naturaleza de la inversión, la forma en la que se recupera o su riesgo, como explicamos a continuación:
Deuda frente a propiedad
- Acciones: la inversión en acciones implica adquirir una participación en la propiedad de la empresa emisora. Así, los accionistas son copropietarios de la empresa y tienen derechos de voto en las decisiones corporativas, como la elección de la junta directiva y la aprobación de políticas corporativas importantes.
- Bonos: en contraste, invertir en bonos se asemeja a prestar dinero a la entidad que los emite. Los inversores son acreedores de la entidad y tienen derecho a recibir el pago de intereses periódicos, así como la devolución de ese préstamos al vencimiento del bono. Sin embargo, no tienen derecho a participar en las decisiones corporativas de la entidad emisora y no poseen una participación en la propiedad de la misma.
Ingresos frente a ganancias de capital
- Acciones: los accionistas obtienen beneficios principalmente a través de la apreciación del precio de las acciones; es decir, se compran por un valor esperando venderlas con un margen de beneficios. Además, algunas empresas también distribuyen dividendos a sus accionistas, que representan una parte de las ganancias de la empresa en forma de bonificaciones. Sin embargo, los dividendos no están garantizados y pueden variar en cantidad y frecuencia.
- Bonos: por su parte, los bonos generan unos ingresos fijos para los inversores en forma de pagos de intereses periódicos, también llamados cupones. Estos pagos están predeterminados al momento de la emisión del bono y se realizan de forma regular hasta su vencimiento. Por tanto, los bonos ofrecen un flujo de ingresos predecible y estable durante la vida del bono.
Perfil de riesgo
- Acciones: las acciones son consideradas instrumentos de renta variable, lo que significa que su valor y sus rendimientos pueden cambiar considerablemente en el tiempo. Los accionistas están expuestos a un mayor riesgo de sufrir pérdidas debido a las condiciones del mercado y a los resultados de la empresa. Sin embargo, las acciones también ofrecen un potencial de rendimiento sin límite.
- Bonos: mientras, los bonos son instrumentos de renta fija, lo que implica que ofrecen un rendimiento predecible y estable. Pero ojo, renta fija no significa que siempre sean los mismos; ya que el interés que ofrezcan puede ser variable, dependiente de un índice como el Euribor. En consecuencia, los bonos también están sujetos a riesgos, tanto por los cambios en las tasas de ese interés como en la posibilidad de que la entidad emisora no cumpla con sus obligaciones de pago. Aun así, en general, los bonos se consideran valores con menor riesgo que las acciones, pero también ofrecen un potencial de rendimiento más limitado.
Acciones, bonos y obligaciones
Al hablar de valores financieros, otro instrumento común son las obligaciones, que también es un instrumento que emplean las empresas y las administraciones para financiarse. De hecho, las obligaciones son esencialmente bonos con un plazo de vencimiento más largo.
Mientras que los bonos suelen hacerse efectivos a corto y medio plazo, hasta 5 años por lo general, las obligaciones son inversiones a muy largo plazo, que generalmente se emiten con fechas de vencimiento más prolongadas: de 10, 20 o incluso 30 años. Esto las convierte en una opción atractiva para inversores que buscan recibir pagos de intereses durante un período extendido.
Cómo invertir en acciones y bonos
Invertir en acciones y bonos ofrece a los inversores la oportunidad de diversificar sus carteras y participar en el crecimiento económico a través de diferentes instrumentos financieros. A continuación, explicamos los procedimientos para invertir tanto en unos como en otros:
Invertir en bonos
Los bonos pueden adquirirse tanto en el mercado primario, a través de emisiones de deuda, como en el mercado secundario:
- Mercado primario: se refiere a la compra directa de los bonos emitidos por una empresa o administración. Los inversores pueden participar en estas emisiones de deuda suscribiéndose a la compra de bonos. Este proceso generalmente implica acudir a intermediarios financieros autorizados, como los bancos, corredores de bolsa o plataformas de negociación en línea.
- Mercado secundario: una vez emitidos, los bonos pueden negociarse en el mercado secundario, donde los inversores pueden comprar y vender bonos entre ellos. Los bonos en el mercado secundario se negocian en bolsas de valores o en otros mercados financieros especializados. Los inversores también pueden acceder al mercado secundario a través de intermediarios financieros.
También es posible invertir a través de fondos de renta fija, que son productos de inversión colectiva diversificados y que pueden incluir varias emisiones de deuda.
Invertir en acciones
La inversión en acciones también puede realizarse de varias formas, habiendo igualmente un mercado primario (cuando las empresas ofrecen sus acciones a través de una oferta pública) y uno secundario.
En la práctica, la mayoría de operaciones se realiza en este último a través de las bolsas de valores, donde las acciones de empresas cotizadas se negocian públicamente.
Otra alternativa es recurrir a fondos de inversión de renta variable¸ que básicamente invierten en acciones de diferentes sectores y países.
Existen incluso fondos mixtos que combinan la inversión en bonos o renta fija con acciones o renta variable.
Un buen buscador de fondos de inversión te puede ayudar a identificarlos.
Acciones y bonos, ejemplos
Como hemos explicado, las acciones son emitidas por las empresas y cotizan en el mercado bursátil, que en realidad se extiende a todo el mundo. En España, encontramos las bolsas de valores de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, siendo el Ibex 35 el grupo de empresas cotizadas más conocido.
Como su nombre indica, se trata del conjunto de las 35 empresas de nuestro país con mayor capitalización; por lo tanto, incluye a enseñas como Banco Sabadell, Mapfre o Telefónica. Fuera de ese índice, encontramos sociedades menos conocidas, unas 130 en total.
En lo que se refiere a los bonos, podemos diferenciar principalmente entre los que provienen de organismos públicos o entidades privadas:
- Bonos públicos: por un lado, los bonos del Estado están emitidos por el Tesoro Público; son instrumentos de deuda soberana utilizados para financiar las actividades del gobierno. Se emiten periódicamente a través de subastas y pueden adquirirse directamente a través del Banco de España. Las comunidades autónomas también pueden emitir bonos para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo regional.
- Bonos privados: por lo general, solo las empresas de gran tamaño suelen emitir bonos; en nuestro país podemos invertir en bonos de bancos como BBVA, Santander y Caixabank o compañías como Iberdrola, Acciona y Amadeus.