Fondos indexados: tipos de gestión y rentabilidad
Los fondos indexados constituyen una de las herramientas disponibles para aquellos inversores que quieran seguir una estrategia de inversión pasiva. Antes de entrar de lleno en la inversión de fondos, es importante tener claro en qué consisten tanto el estilo de gestión pasiva como el estilo de gestión activa.
La gestión activa se centra en obtener rentabilidades superiores a las de su índice de referencia. Para ello, los gestores que llevan a cabo este tipo de gestión seleccionan los activos que van a componer la cartera del fondo, mediante la utilización de análisis y estudios, seleccionando aquellos valores que creen van a comportarse mejor en el futuro.
Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de invertir en fondos indexados es la gestión pasiva. Creada por John Bogle, fundador de Vanguard (una de las gestoras de inversión pasiva más grandes del mundo), busca replicar el comportamiento de un determinado índice. Para lograr este cometido, los gestores de este tipo de fondos compran todas las compañías que componen el índice al que quieren indexarse, y replican los pesos que tienen dichas compañías en el índice.
El estilo de gestión pasiva se fundamenta en la idea de que a largo plazo ningún gestor activo ha sido capaz de generar retornos superiores a los del mercado de forma consistente, por lo que la mejor alternativa es simplemente seguir la evolución de este indexándose a través de instrumentos de gestión pasiva. Pero ¿son estas suposiciones correctas? La respuesta varía dependiendo del mercado que analicemos.
Pero, ¿qué pasa con el rendimiento de los fondos indexados?
Si comparamos los rendimientos obtenidos por los fondos de gestión activa y los fondos de gestión pasiva en el mercado americano en los últimos 20 años, podemos comprobar como la gestión pasiva consigue unos mejores retornos en prácticamente la mayoría de los años.
En otras palabras, si hubiéramos invertido 10.000 euros en el mercado americano en cada uno de los estilos de gestión el 1 de enero de 2000, al finalizar 2019 tendríamos aproximadamente 26.700 euros con fondos de inversión pasiva y 23.400 euros con fondos de gestión activa.
Sin embargo, la misma comparación en los fondos de los mercados europeos nos dan un resultado diferente, la gestión activa en Europa ha funcionado mejor en los últimos 20 años que la gestión pasiva.
En este caso, una cartera de 10.000 euros invertidos el 1 de enero de 2000, 20 años después tendríamos aproximadamente 17.600 euros con fondos de gestión pasiva y 20.200 euros con fondos de gestión activa .
En la primer tabla aparecen remarcados los años en los que lo hace mejor cada estilo de gestión en el mercado americano. En la segunda tabla el caso del mercado europeo.
Por lo tanto, no es posible afirmar que la gestión pasiva sea la mejor alternativa en todos los escenarios de fondos indexados . Es por ello, que lo más aconsejable es considerar tener una cartera formada por ambos estilos de gestión que reduzca el riesgo de nuestras inversiones. La inversión pasiva está pensada para un horizonte temporal de largo plazo. Esta idea está motivada principalmente por el comportamiento alcista de los mercados en el largo plazo, mientras que en el corto plazo podemos vernos afectados por sus fluctuaciones.
Los fondos indexados nos permiten, por tanto, introducir en nuestras carteras la gestión pasiva. Estos fondos se caracterizan por sus bajos costes y comisiones, derivados de la relativa sencillez de la gestión y la poca rotación de activos que tienen estos fondos. Estos, además, permiten ahorrar tiempo al inversor en la selección de los activos de su cartera, aunque será necesario seguir haciendo el Asset Allocation en función de nuestra visión de los mercados.
En EBN Banco ponemos a disposición de nuestros clientes una gran variedad de fondos indexados a diferentes índices, tanto de Renta Variable, como de Renta Fija y Mercado Monetario, así como una amplia selección de Fondos de gestión pasiva para que pueda elegir en todo momento lo que más le interese.