¿Qué es el código OTP y cómo funciona?
En la era digital, la seguridad en línea se ha vuelto una preocupación en nuestro día a día, especialmente con la constante circulación de información personal y la posibilidad de realizar a través de internet todo tipo de transacciones, como las financieras. En esta situación, las contraseñas de un único uso, herramienta conocida en el ámbito informático como código OTP (sus siglas en inglés por one-time password), emergen como una solución esencial para proteger nuestros datos en el ciberespacio.
En la era digital, la seguridad en línea se ha vuelto una preocupación en nuestro día a día, especialmente con la constante circulación de información personal y la posibilidad de realizar a través de internet todo tipo de transacciones, como las financieras. En esta situación, las contraseñas de un único uso, herramienta conocida en el ámbito informático como código OTP (sus siglas en inglés por one-time password), emergen como una solución esencial para proteger nuestros datos en el ciberespacio.
Y es que, frente a un entorno donde los ciberataques son cada vez más sofisticados, el código OTP ofrece un método de autenticación que va más allá de las contraseñas convencionales, proporcionando una capa adicional de seguridad para nuestras cuentas personales y operaciones online. Veamos a continuación los detalles de su funcionamiento así como de su impacto en la seguridad digital.
¿Qué es el código OTP?
En términos sencillos, un código OTP es una clave numérica generada de forma dinámica en el momento de realizar una operación en línea, y que solo es válida para identificarnos en una única sesión. Así, a diferencia de las tradicionales contraseñas que asociamos a nuestras cuentas en internet, que permanecen constantes, los códigos OTP cambian en cada uso. Además, solo son válidas durante un breve espacio de tiempo.
Por tanto, hay que comprender que el código OTP no sustituye a una contraseña principal, sino que se utiliza al mismo tiempo, formando parte de los conocidos como sistemas de autenticación de dos factores (2FA).
Este tipo de códigos temporales se suele enviar al usuario a través de distintos canales, como mensajes de texto SMS, aplicaciones móviles o dispositivos de seguridad físicos. Y su uso se extiende desde la autentificación en servicios en línea hasta la validación de transacciones bancarias.
La generación del código OTP suele basarse en algoritmos matemáticos para que resulten aleatorios y no se repitan, proporcionando una mayor seguridad. En concreto, ayudan a prevenir los intentos de acceso no autorizado a nuestras cuentas incluso si alguien consiguiera averiguar su contraseña principal.
¿Cómo funciona un código OTP?
Como hemos adelantado, este sistema de autenticación sigue un proceso meticuloso que garantiza la protección de nuestros datos. Y su estrategia principal se encuentra en que se genera dinámicamente, esto es, al momento de usarla. Así, en lugar de depender de una cadena de caracteres estática, el código OTP se crea en tiempo real, de manera que asegura que cada clave sea única y tenga una validez temporal.
Una vez generado ese identificador, la contraseña de un uso se entrega al usuario a través de canales que resulten igualmente seguros, garantizando la confidencialidad del código durante su transmisión. Más comúnmente, al teléfono asociado a nuestra cuenta en forma de SMS. Aunque la elección del canal depende de la plataforma o servicio que implementa el sistema de claves, lo que incluye apps e incluso otros dispositivos.
La fortaleza del código OTP también radica en su breve vida útil. Así, estas claves están diseñadas para ser efímeras, normalmente válidas durante escasos minutos, lo que limita las opciones para que se produzca un mal uso incluso si un código llegara a ser interceptado.
La importancia del código OTP en la seguridad online
Las contraseñas de un solo uso desempeñan un papel fundamental en el actual entramado de la ciberseguridad, ofreciendo una barrera adicional simple pero efectiva contra las principales amenazas cibernéticas, en constante evolución. No en vano, las utilizamos cada vez más y en una mayor variedad de aplicaciones prácticas gracias a su versatilidad. En plataformas de correo electrónico, algunas redes sociales y la banca online encontramos ejemplos de su uso a la hora de identificarnos.
En particular, en el ámbito financiero, el código OTP se ha convertido en una garantía de las transacciones en línea. Al emplearlo para confirmar pagos, transferencias y demás operaciones, los sistemas de los bancos se aseguran de que solo el titular de la cuenta autorizado pueda llevar a cabo transacciones significativas. Esta medida se ha vuelto indispensable para la protección de la información financiera de los usuarios.
En este sentido, el uso del código OTP desempeña un papel crucial en la defensa contra ataques de phishing. Dado que el código es temporal y válido por un breve período, la probabilidad de éxito para los ciberdelincuentes que intentan interceptar y utilizar nuestros datos para acceder a todo tipo de cuentas se reduce significativamente. Especialmente, cuando se solicita en situaciones de inicio de sesión desde ubicaciones no habituales.
Consejos para utilizar el código OTP de forma segura
Al hablar de seguridad, siempre se menciona que una cadena es tan fuerte como cada uno de sus eslabones. Y, por lo general, es nuestro uso responsable el factor más determinante para garantizar no ya la efectividad de las contraseñas de un solo uso, sino en todo lo que respecta nuestra seguridad en el entorno digital, que se maximiza cuando se utiliza de manera consciente. Así, presentamos algunos consejos fundamentales para garantizar una experiencia segura al emplear códigos OTP:
- Aunque resulte evidente, la primera regla es que nunca compartas tu código OTP con nadie, incluso si te solicitan hacerlo por teléfono o correo electrónico. Las entidades legítimas nunca te lo pedirán fuera del sistema que te lo haya solicitado en primer lugar. Tampoco guardes capturas de pantalla de las claves.
- Mantén tus datos de contacto actualizados. Verifica regularmente la información asociada con tus cuentas, para asegurarte de que los mensajes o notificaciones lleguen al destino correcto, ya sea tu teléfono, email, etc.
- Utiliza aplicaciones de autenticación seguras. Si tienes esa opción, las herramientas específicas para el uso de códigos OTP, como apps, resultan más fiables que los mensajes de texto.
- Activa la autenticación de dos factores (2FA). Para aprovecharte de las ventajas de este tipo de contraseñas temporales, activa esta opción en los servicios donde te sea posible.
- Protege tu teléfono. Asegúrate de que tu móvil, o el dispositivo a través del cual recibes las claves de un único uso, esté protegido con contraseña, gesto o PIN. Asimismo, evita el uso compartido de datos, especialmente en entornos públicos.
- Actualiza tus aplicaciones y dispositivos. Al igual que cada vez surgen nuevas amenazas informáticas, los desarrolladores implementan y corrigen sus sistemas, pero solo podemos aprovecharlo si los mantenemos al día de las actualizaciones más recientes.
- Desconfía de los mensajes que recibas sobre códigos OTP. Y sí, no especificamos de qué tipo, ya que con las técnicas de phising actuales lo más recomendable es poner en duda la legitimidad de todos ellos por norma.
- Revisa las actividades de tus cuentas y transacciones de forma regular para identificar cualquier movimiento inusual. En caso de duda, el primer paso y más sencillo es cambiar tu contraseña habitual. Y si no, siempre puedes informar sobre cualquier problema de seguridad a la plataforma correspondiente.