Renta Fija, ese activo comúnmente mal entendido
Con el año cerca de su finalización, y repasando las dificultades y desafíos que han acontecido en los mercados de Renta Fija durante el presente ejercicio, creemos que se ha puesto de manifiesto un mal entendimiento generalizado por parte de la comunidad inversora de lo que supone invertir en Renta Fija. Por ello, hemos creído conveniente escribir un artículo en el cual podamos dar algo más de luz sobre tal activo, eliminando ciertas falsas creencias que hay sobre el mismo y explicando sus principales características.
¿Qué es un activo de Renta Fija? ¿Qué estructura tiene?
Es un instrumento de deuda, en donde el Acreedor/Inversor/Prestamista paga un principal al deudor (prestatario) en el momento 0, a cambio de ir recibiendo cupones (intereses de la deuda) con diferente periodicidad (trimestrales o anuales es lo más habitual), a lo largo de un plazo de amortización establecido. En el último año, el acreedor recibirá el último cupón más el principal prestado en el momento de la originación.
Estructura (clásica)
La Renta Fija es un activo de gran heterogeneidad, en donde hay infinidad de tipos según su:
- Emisor: Público (Gobiernos/Instituciones) y Privado (Corporaciones)
- Plazo: Corto (Letras Tesoro), Medio (Bonos) y Largo (Obligaciones)
- Calidad: Grado de Inversión (Investment Grade) y Alto Rendimiento (High Yield)
La Renta Fija es fija… pero a VENCIMIENTO
Crítico entender este punto. ¿Qué queremos decir con ello? Durante la vida del activo, ésta cotiza y fluctúa en un mercado secundario (mercado de valores) con similares características a lo que comúnmente conocemos como bolsas, por lo que el precio durante la vida del bono sufre variaciones en función de distintas variables, pero en su vencimiento/amortización nos devolverán el principal, siempre y cuando no haya problemas de insolvencia por parte del emisor. En definitiva, es fija si mantenemos el activo hasta vencimiento (no vendemos) y no hay problemas de pagos.
Principales variables que influyen en el precio de los activos de Renta Fija:
- Evolución de los tipos de interés (el de mayor influencia)
Suben los tipos de interés à cae el precio de los bonos (ya emitidos)
Bajan los tipos de interés à sube el precio de los bonos (ya emitidos)
Ejemplo 1 (suben los Tipos)
Como inversor compro un bono a 100€ que paga un cupón anual de 2% y vence a los 2 años. Tras el primer año, los tipos de interés suben del 2% al 3%.
¿Qué efecto tendrá en el precio de mi bono si quiero venderlo a otro inversor?
A mí me quedaría por cobrar 2€ del último cupón + 100€ del principal en el vencimiento (2%), pero los nuevos bonos ya se emiten al 3%, por lo tanto, mi bono lo tendría que vender por debajo de 100€ para que se iguale al nuevo tipo de interés que ofrece el mercado. Por lo cual:
1,03X=102 donde X=102/1,03
X≈99€ precio al que podría vender mi bono
Ejemplo 2 (bajan los Tipos)
Como inversor compro un bono a 100€ que paga un cupón anual de 2% y vence a los 2 años. Tras el primer año, los tipos de interés bajan del 2% al 1%.
¿Qué efecto tendrá en el precio de mi bono si quiero venderlo a otro inversor?
A mí me quedaría por cobrar 2€ del último cupón + 100€ del principal en el vencimiento (2%), pero los nuevos bonos ya se emiten al 1%, por lo tanto, mi bono lo podré vender por encima de 100€ ya que el nuevo tipo de interés que ofrece el mercado es menor. Por lo cual:
1,01X=102 donde X=102/1,01
X≈101€ precio al que podría vender mi bono
Esto es lo que se denomina “la sensibilidad que tiene el precio de mi bono a la variación de los tipos de interés”. Conociendo la duración[1] de nuestra cartera de Renta Fija y una sencilla regla, podríamos conocer el efecto que tendría en nuestra cartera una variación del +/- 1% en los tipos de interés.
1 año duración à +/- 1% de efecto (ejemplo anterior)
10 años duración à +/- 10% de efecto
Si la subida de tipos fuera en vez de 1% del 2%, el efecto en precio sería el doble.
- Riesgo de Crédito (que no nos pague el emisor)
- Riesgo de Mercado
- Riesgo de Liquidez (dificultades en encontrar contrapartida a la hora vender o comprar en el mercado)
¿Qué ha pasado en 2022? ¿Por qué han sufrido tanto los perfiles más conservadores y, por lo tanto, con mayor peso en Renta Fija?
Pues precisamente por lo que explicábamos en el anterior punto (riesgo de tipos de interés). El mercado ha vivido más de una década en una situación anómala, tipos a 0 (incluso negativos) e inflación controlada en el entorno del 2% o por debajo. Las políticas monetarias ultra expansivas y fiscales unidas a una estocada final provocada por una crisis energética (Guerra de Ucrania) han conllevado a que se disparen los precios, no quedándoles más remedio a los principales Bancos Centrales que endurecer su política monetaria subiendo tipos de interés (en algún caso como en USA, de manera agresiva y en muy poco espacio de tiempo) y, de ese modo, luchar para frenar la inflación. Una de las principales consecuencias de este escenario de subida de tipos ha sido la caída generalizada en el precio de todos los activos de Renta Fija.
En el siguiente gráfico, se observa con mayor claridad el efecto que ha provocado en los principales índices de Renta Fija (en este caso europeos de Gobierno) y de especial dureza en aquellas carteras de mayor duración desde el 1 Enero 2022.
Bloomberg EUR Aggregate Gov 1-3 y (línea Verde) à Caídas ≈ 4%
Bloomberg EUR Aggregate Gov Bond (línea Azul) à Caídas ≈ 14%
Bloomberg EUR Aggregate Gov +10y (línea Marrón) à Caídas ≈ 24%
[1] Duración: Es la media del vencimiento de todos los flujos de caja de ese bono (cupones + amortización). Es decir, expresa en años cuánto tiempo tardarán los flujos de caja de ese bono en ser pagados.
Fuente: Morningstar
¿Y ahora, qué podemos esperar para los próximos años?
Es la duda que nos transmiten muchos inversores tras el cisma del presente ejercicio. Pues lo cierto que estamos muy positivos de cara a los próximos años, en los cuales estimamos que el potencial de las inversiones que mantenemos en Renta Fija puede superar el 5% de TIR anual. ¿Y cuáles son nuestros motivos para pensar esto? Por un lado, creemos que el riesgo al alza de subidas en las expectativas de tipos por parte del mercado ya es limitado, estamos ya viendo lecturas positivas (menor crecimiento en los precios) en los datos de inflación (especialmente USA), lo que quiere decir que las políticas monetarias van poco a poco haciendo su efecto; y, por la parte europea, el BCE está siendo más tibio a la hora de endurecer su política ya que es plenamente consciente de que su economía es más frágil, lo cual nos hace pensar que podría defender más la actividad económica en detrimento de mantener inflaciones más elevadas que el propio objetivo del 2%. Además, tiene la excusa perfecta, pudiendo transmitir que su inflación es más de oferta (más difícil de contener con política monetaria restrictiva) que de la propia demanda, lo cual podría hacer que viéramos un aplacamiento de los precios en cuanto se vaya vislumbrando nuevas vías para abastecer las necesidades energética del continente europeo.
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