Rentabilidad de los fondos de inversión
La rentabilidad es uno de los elementos clave al invertir, también cuando se trata de fondos de inversión. A fin de cuentas, quien más y quien menos invierte para obtener un rendimiento para su capital.
Por eso mismo es importante conocer la rentabilidad de los fondos de inversión en los que tiene pensado invertir y qué factores intervienen en ella. Así podrá escoger los fondos de inversión más rentables, pero ajustados a su perfil como inversor.
Cómo se calcula la rentabilidad de un fondo de inversión
La rentabilidad de un fondo se calcula a diario y está marcada por la evolución de los activos en los que invierte.
El cálculo del rendimiento es muy sencillo, solo hace falta comparar el precio al que comenzaron el día los activos en los que invierte el fondo, con cómo terminaron la jornada. Así de simple.
En términos matemáticos, la fórmula para averiguar la rentabilidad del fondo pasa por: restar el valor inicial al valor final y dividirlo por el valor inicial. Si quieres conocer el porcentaje, sólo tienes que multiplicar el resultado por 100.
En cualquier caso, conocer la evolución de los fondos de inversión es mucho más fácil. Basta con atender al valor liquidativo, que divide el patrimonio del fondo entre el número de participaciones. Todos los días al final de la jornada es posible consultar el valor liquidativo de cada participación para saber si ha aumentado o disminuido.
¿Qué factores influyen en la rentabilidad de un fondo?
El valor liquidativo del fondo incluye no solo la evolución de los activos, también otros elementos que incluyen en la rentabilidad final que percibe el inversor. Estos son los más importantes:
Riesgo y rentabilidad van de la mano
Lo primero que hay que saber es que la rentabilidad no se regala o como dice el refranero popular, “nadie da duros a 4 pesetas”, que sería como decir que nadie te da 1 € por 90 céntimos.
A mayor riesgo, mayor rentabilidad potencial. Esa máxima se repite una y otra vez en los mercados. Por eso mismo los fondos de inversión más rentables son los que invierten en activos con más riesgo o volatilidad, como la renta variable.
Por el contrario, los fondos garantizados ofrecerán una rentabilidad ajustada a esa garantía. En otras palabras, un rendimiento exiguo, porque su principal valor no es dar grandes rentabilidades, sino asegurar la inversión inicial (el principal de la inversión).
Algo parecido ocurre con los fondos de rentabilidad objetivo, solo que en este caso el nombre puede dar a engaño y es necesario conocer las trabas de liquidez para este tipo de inversiones.
Costes y comisiones
Invertir no es gratis. El simple hecho de acceder al mercado implica una serie de costes.
En el caso de los fondos de inversión estos costes incluyen las comisiones de gestión, que cobra la gestora por invertir tu dinero, y otras comisiones, así como los propios costes operativos del fondo.
Igual que un inversor particular debe pagar unos cánones de bolsa para operar, los fondos de inversión también deben asumir ese tipo de costes. Es importante conocerlos a través de ratios como el TER, porque no todos los fondos de inversión son igual de eficientes al operar y eso afecta su rentabilidad.
Todos estos costes y comisiones se descuentan ya directamente del valor liquidativo del fondo a excepción de la comisión de suscripción y reembolso. Estas son comisiones que pagas por contratar, vender o traspasar el fondo.
Es importante consultarlas todas porque toda comisión y gasto añadido es rentabilidad que se resta al fondo.
Por ejemplo, los fondos de inversión de EBN Banco se puede acceder a clases limpias de fondos, lo que supone un ahorro del 30% de media en costes.
Dónde consultar la rentabilidad del fondo
La ficha del fondo de inversión debe incluir su rentabilidad histórica, que puede servir como guía para valorar la evolución del fondo en diferentes etapas, tanto con el mercado a favor como en contra.
En la ficha del fondo en EBN Banco se puede ver un gráfico con la evolución del fondo y seleccionar el periodo que te interesa analizar.
Es posible incluso comparar las diferentes clases de los fondos según las retrocesiones que cobran. Así queda mucho más claro cómo afectan las comisiones y gastos a la rentabilidad del fondo y la importancia de operar con clases limpias de fondos.
Al analizar la rentabilidad de un fondo no conviene quedarse con el último dato, el más inmediato. Conocer si un fondo determinado está siendo hoy en día rentable es interesante, pero también conviene fijarse en las rentabilidades pasadas, como la rentabilidad anualizada en periodos de tres, cinco o diez años en función del horizonte de inversión.
Por último, recuerda que riesgo y rentabilidad van de la mano. Hay muchos ratios y herramientas que ayudan a compararlos y mezclarlos. Es decir, cuánto riesgo asume un fondo para la rentabilidad que ofrece. Se trata de datos como la volatilidad, la ratio de sharpe, el alfa o la beta. Y todos se pueden consultar en la ficha del fondo en EBN Banco. Por supuesto, el rendimiento del fondo de inversión, también.
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