Tipos de deuda pública

Los diferentes países del mundo tienen unos ingresos procedentes, mayoritariamente, de los impuestos que los ciudadanos y las empresas pagan. Con esos tributos, se financia el gasto público. Sin embargo, cuando los gastos son superiores a los ingresos, se incurre en un déficit presupuestario, que para poder pagarlo se hace vía deuda pública.

¿Qué es la deuda pública?

 

La deuda pública es el dinero que el país pide prestado en los mercados financieros para hacer frente a ese déficit. Ahora bien, existen varios tipos de deuda pública por tipo de devolución. En esencia, es lo mismo: dinero que el Estado pide prestado en los mercados para después devolverlo a un determinado tipo de interés. Sin embargo, hay diferencias en cuanto a la devolución, por eso existen las Letras del Tesoro, las obligaciones del Estado y los bonos del Estado.

Tipos de deuda pública

 

Aclarado lo que es la deuda pública y cómo se genera, que es por esa brecha entre ingresos y gastos, queda ver qué tipos de deuda pública existen en el mercado.

 

Letras del Tesoro

 

Las Letras del Tesoro son uno de los vehículos favoritos de los inversores más tradicionales y conservadores. Se trata de un tipo de deuda que el Estado devuelve en el corto plazo, por lo que el inversor recibe lo prestado más los intereses en un plazo de 3,6, 9 o 12 meses.

Aquí, las tasas de interés son a tipo fijo, esto supone que el inversor sabe lo que va a recibir desde el principio. Además, el riesgo de impago es muy reducido. Generalmente, se pueden comprar desde 1.000 euros a través del Banco de España, tanto online como presencialmente.

El tipo de interés se fija por la propia subasta que se haga, que tiene, a su vez, relación con los tipos de interés fijados por el Banco Central Europeo. Son productos que suelen pagar entre un 1% y un 4%, en función de la situación económica y de los tipos de interés generales.

Por ejemplo, si un inversor presta 5.000 euros en una Letra del Tesoro a 12 meses al 3,5%, cuando se cumplan los 12 meses recibirá sus 5.000 euros más un interés del 3,5%, que en este caso son 175, euros.

 

Bonos del Estado

 

Los bonos del Estado son productos muy similares a las Letras, pero cambia el plazo. Generalmente, el plazo de los bonos es de 3 a 5 años y los intereses se van pagando anualmente, mientras que el monto inicial se recibe al vencimiento del bono.

En este caso, las tasas también se fijan por subasta, como en las Letras, y dependen tanto de la situación económica como de los tipos de interés que fije el BCE. Así, cuanto más altos sean los tipos, más intereses tendrán que pagar los Estados para que los inversores les presten dinero.

Su funcionamiento es sencillo. Si un inversor adquiere un bono a 5 años por 5.000 euros con un tipo de interés del 3,5%, recibirá cada año un 3,5% sobre lo prestado -175, euros – y al finalizar el periodo recibirá la cantidad prestada. Es decir, en total ganaría, de manera bruta, 875 euros en forma de intereses pagados por el Estado.

 

Obligaciones del Estado

 

Las obligaciones del Estado funcionan de manera muy similar a los bonos y a las Letras, pero, de nuevo, cambia el plazo. En las obligaciones los plazos son ya de 10 a 50 años. Es decir, ya es una inversión a muy largo plazo, aunque como se verá, esto se puede vender en el mercado secundario.

La tasa de estas obligaciones se fija también por subasta y varían en función de los tipos de interés que en ese momento estén fijados por el BCE. Lo normal, aunque en ocasiones no sea así, es que sean intereses más elevados que en las letras o en los bonos.

En este caso, el inversor recibe un pago anual de intereses, llamado cupón, sobre la cantidad prestada. Mientras que, al vencimiento de la obligación, el inversor recibirá el pago inicial.

 

¿Cómo funciona el mercado de la deuda pública?

 

El mercado de deuda pública funciona de dos maneras que hay que comprender. La primera de ellas es la explicada hasta ahora, el inversor compra una letra, un bono o una obligación y lo mantiene hasta el vencimiento recibiendo cada año un pago en forma de intereses por la cantidad prestada.

Ahora bien, existe también el mercado secundario supervisado o por Bolsas y Mercados Españoles (BME) o por el Banco de España. En cualquier caso, los inversores pueden acceder a estas plataformas y vender allí sus letras, bonos u obligaciones.

Como ocurre con el mercado de las acciones, el precio de las letras, bonos u obligaciones puede variar cada día. De ello depende tanto los movimientos de los tipos de interés que haga el BCE, como de la situación financiera del país.

Por ejemplo, si los tipos de interés bajan y el inversor compró una obligación a 10 años cuando los tipos estaban en máximos, va a recibir más dinero del que pagó inicialmente. Mientras que, si los tipos de interés suben, el bono u obligación valdrá menos dinero y se recibirá menos del pagado inicialmente.

 

¿Cómo invertir en deuda pública?

 

En cuanto a cómo invertir en deuda pública, se puede hacer de manera directa por los portales web habilitados por los diferentes organismos. A través de ellos, un inversor puede comprar un título de deuda desde 1.000 euros o con múltiplos de 1.000 euros y mantenerlo o venderlo en el mercado secundario.

Aunque, existen otros productos como los fondos de inversión o los ETFs. En cuanto a los fondos de deuda pública, pueden ser un producto adecuado para quienes quieran invertir en este segmento de una manera más diversificada y con un menor riesgo, ya que normalmente los fondos contaran con más bonos, letras u obligaciones de diferentes países y a diferentes plazos. Así, el inversor tan solo tiene que suscribirse al fondo y vender sus participaciones cuando quiera, sin tener que acudir al mercado secundario.

Dentro de los fondos de deuda pública, los hay también de diferentes plazos. Los fondos monetarios son los que invierten en Letras del Tesoro y en vencimientos menores, mientras que hay otros a vencimiento fijo o de deuda pública general.