Cómo funcionan las clases limpias de los fondos | EBN Banco
Los fondos de inversión son uno de los instrumentos más flexibles y versátiles para los inversores particulares. Cada vez son más las familias que saben cómo funcionan los fondos de inversión y aprovechan sus ventajas. Por eso, ya acaparan el 15% del ahorro familiar según Inverco, y su patrimonio ha aumentado un 2,5% en 2018.
Qué es un fondo
Este es el punto de partida, tener claro en qué consiste un fondo de inversión. La definición técnica de fondo de inversión es que se trata de un instrumento de inversión colectiva en el que varias personas aportan un patrimonio que una entidad invierte de forma conjunta en diferentes activos.
En otras palabras, un fondo de inversión recoge el dinero de muchos ahorradores y lo utiliza para invertir siguiendo una serie de directrices y parámetros. Cada uno de estos ahorradores posee una pequeña porción del fondo, denominada participación o clase de acción, y cuyo valor se calcula dividiendo el patrimonio del fondo (el dinero acumulado) entre el número de participaciones/clases de acción existentes en el momento de la valoración.
Si las inversiones del fondo van bien, el valor de la participación subirá y los ahorradores ganarán dinero.
Tipos de fondos de inversión
Existen varios tipos de fondos y formas de clasificar un fondo de inversión. Así, se pueden dividir en función de su vocación inversora, activos en los que invierte y/o el tipo de gestión.
Diferenciar los fondos por vocación inversora es lo más habitual y quizás también lo más útil para el pequeño inversor. Se trata de clasificar el fondo según en qué y cómo invertirá el dinero. Esta sería la distribución, según la clasificación CNMV:
- Fondos monetarios. Invierten en activos de elevada liquidez y bajo riesgo, normalmente a corto plazo. La contrapartida suele ser una rentabilidad limitada.
- Fondos de renta fija. Invierten la mayor parte de su patrimonio en renta fija, que está compuesta por letras del tesoro, bonos, pagarés y otro tipo de deuda subordinada. Dentro de estos fondos también se puede diferenciar por plazo de inversión y área geográfica, ya que las inversiones a corto plazo son más seguras (y menos rentables), entre otras cosas.
- Fondos de renta variable. La mayor parte del patrimonio se invierte en renta variable, es decir, en bolsa. A partir de ahí los hay que forman carteras de acciones mientras que otros replicarán fondos de inversión o mezclarán ambas. Pueden incluso invertir en divisas o materias primas.
- Fondos mixtos. Este tipo de fondo busca un equilibrio entre los dos mundos que acaba de ver. Reparten su patrimonio entre los dos tipos de activos. Cuanto más se incline la balanza del lado de la renta variable, mayor será el riego y la posible rentabilidad, y viceversa. Si la balanza se inclina más del lado de la renta fija, podría hablarse de fondos de renta fija mixta y, si es al contrario, de renta variable mixta.
- Fondos globales. Se caracterizan porque no tiene una política de inversión definida y, por lo tanto, no encajan en ninguna de las categorías anteriores. En otras palabras, pueden establecer los porcentajes que quieran para cada categoría y la distribución geográfica que estimen oportuna.
- Fondos garantizados. Como su propio nombre indica, en estos fondos el dinero que invierta estará garantizado siempre que mantenga la inversión el tiempo pactado. Si la recupera antes, lo hará según el valor de mercado del fondo en ese momento. La contrapartida de esta garantía está en la rentabilidad que ofrecen.
- Fondos de gestión pasiva. Tratan de replicar o reproducir un índice bursátil o financiero. En esta categoría también se incluyen los fondos cotizados (ETF).
- Fondos de retorno absoluto. Tratan de obtener rendimientos positivos ajustados a riesgo independientemente de la evolución de mercado. Los fondos de inversión libre (también conocidos como «hedge funds») suelen pertenecer a esta categoría.
A estas categorías básicas se pueden sumar restricciones geográficas. De hecho, la clasificación de fondos de inversión del BOE diferencia entre renta fija mixta internacional y renta fija mixta euro.
Además, también se pueden distinguir los fondos por el tipo de gestión que hagan, que puede ser activa (hay un equipo gestor que intenta batir al mercado con políticas activas de gestión) o pasiva (fondos que replican en mayor o menor medida su benchmark o referencia). Otra diferencia radica en el tratamiento de los beneficios que obtiene, sobre todo vía dividendos. Aquí se diferencia entre fondos de reparto y fondos de acumulación (los más habituales).
Por último, se puede diferenciar los fondos tradicionales de los fondos indexados, que se limitan a replicar un índice bursátil, de los ETFs o fondos cotizados y de los fondos de fondos.
La forma de invertir en fondos de inversión y crear una buena cartera es combinar diferentes tipos de fondos según su vocación inversora para lograr un equilibrio dependiendo de los objetivos que se haya marcado.
Cómo funciona un fondo de inversión
El funcionamiento básico de un fondo de inversión es el siguiente: el ahorrador (partícipe) invierte su dinero en un fondo y a cambio adquiere un número de participaciones. La gestora del fondo integra ese dinero y lo invierte siguiendo la estrategia que marque su política de inversión.
El patrimonio del fondo irá aumentando o disminuyendo según los gestores acierten con sus inversiones o según consiga atraer a más partícipes para que inviertan. A usted como inversor solo le afecta el primero de los supuestos, ya que el valor de las participaciones seguirá siendo el mismo si entran más partícipes.
Cada fondo solo puede estar gestionado por una gestora, pero una gestora puede, y suele, gestionar varios fondos. Su labor será la de administrar el dinero y las participaciones del fondo, que estarán custodiados por la entidad depositaria, que no puede ser de la misma empresa. Así se asegura una mejor vigilancia sobre la gestión del fondo.
Todo este entramado cristaliza en una serie de comisiones que todo fondo de inversión cobra por su funcionamiento. Lo mejor para entender bien qué desembolso y rentabilidad le supone todo esto es utilizar el simulador de fondos de EBN Banco: en 4 sencillos pasos conseguirá toda la información.
Qué comisiones cobra un fondo de inversión
Las comisiones forman parte del funcionamiento de los fondos de inversión. Las cantidades que puede cobrar el fondo están reguladas por ley y son las siguientes:
- Comisión de depósito. Este dinero va a parar a la entidad gestora y no podrá superar el 0,2% del capital invertido.
- Comisión de gestión. Puede alcanzar el 2,25% del patrimonio que tenga en el fondo. Es el dinero que se lleva el equipo de gestión por su labor, aunque como veremos más adelante al hablar de las clases de los fondos, no siempre va a parar a la gestora. En principio, esta comisión tenderá a ser más elevada en los fondos de gestión activa y mínima en los fondos de gestión pasiva, donde el papel de la gestora es residual.
- Comisión de éxito. Esta comisión se cobra sobre los beneficios obtenido, de ahí su nombre. No podrá superar el 18% de esos rendimientos en ningún caso. Hay gestoras que cobran una comisión mixta de gestión más éxito, en cuyo caso la de gestión no podrá superar el 1,35% del patrimonio y la de éxito el 9% de los resultados.
- Comisión de suscripción. Se cobra al suscribir las participaciones del fondo, aunque no todos los fondos la incluyen. El máximo es del 5%
- Comisión de reembolso. Es la comisión que se cobra al retirar el dinero del fondo y vender las participaciones. Esta comisión es optativa y no puede superar el 5%.
Existe otra comisión, aplicada a determinadas participaciones/clases de acción, no «visible» para el inversor. Es la denominada comisión de distribución, estando normalmente incluida en la comisión de gestión. En los fondos UCITS domiciliados en el extranjero, esta comisión puede encontrase en el folleto. Destacar que esta comisión va integra para el comercializador del fondo.
La suma de los costes de gestión, distribución y administrativos se ve reflejada en los gastos corrientes del fondo, que es el coste que está pagando realmente el inversor. Esta cifra se muestra en el documento Datos Fundamentales para el Inversor (DFI).
Las comisiones son un elemento que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un fondo de inversión. El motivo es que todo el dinero que se paga en comisiones se restará de sus beneficios. A largo plazo esto puede tener un gran impacto y hacerle dejar de ganar mucho dinero.
A fin de cuentas, para dos fondos con el mismo rendimiento, pero un 1% de diferencia en comisiones, sería como restar ese mismo porcentaje a los beneficios. Por ejemplo, para una inversión de 50.000 euros con una rentabilidad del 6% y un horizonte temporal de 10 años, ese 1% de comisiones extra supone dejar de ganar 8.097,65 euros (esta cifra representa el 16% de la inversión inicial).
Las clases: cómo funcionan las clases limpias de los fondos de inversión
Una de las cuestiones que afecta a las comisiones de los fondos son las distintas participaciones/clases de acción que hay en el mercado para el mismo fondo. Estas clases son letras que diferencian a los fondos según determinadas características como el capital mínimo de entrada o las comisiones que cobran.
Así, por ejemplo, se suele distinguir entre la clase E, dirigida al sector de retail (inversor minorista) o la clase I dirigida a inversores institucionales.
Dentro de todas las clases hay una denominada como clase limpia, que desde la entrada en vigor de la normativa Mifid II todos los fondos están obligados a tener si quieren acceder a los servicios de asesoramiento independiente, gestión discrecional de carteras, y para aquellas entidades independientes que cobren explícitamente del cliente. Las diferencias entre las clases limpias frente a las clases no limpias son las comisiones que se cobran y más concretamente, las retrocesiones.
La retrocesión es la comisión (siendo un porcentaje de la comisión de gestión) que el asesor o entidad financiera recibe cuando el cliente invierte en un determinado fondo de inversión. Por este motivo, hay diferentes comisiones para las distintas clases de acción de un mismo fondo, ya que esta retrocesión se incluye en la comisión de gestión «real» que cobra el fondo por su actividad.
El uso de retrocesiones o no es lo que diferencia a un asesor o entidad independiente de otro que no lo es.
En EBN Banco trabajamos con clases limpias de fondo para que pague lo justo por sus inversiones. Esta es la diferencia:
Cómo llegamos a estas cifras
Consideramos como comisión de gestión media de un Fondo en el modelo tradicional en torno a un 1,50%. La comisión de gestión media de las clases limpias de los Fondos que distribuimos está en torno al 0,75%. Tendrá siempre acceso a la clase más barata disponible para su perfil de inversor.
Le invitamos a acceder a nuestro webinar en el cual se habla con más profundidad del tema.
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